viernes, 28 de enero de 2011

LA QUIMICA NO DESTRUYE EL AMBIENTE, SINO LA FORMA EN QUE LA USA EL HOMBRE

Dentro de las ramas de la ciencia, el físico, o astrofísico, estudia un planeta o sus satélites; un geólogo algún volcán; un biólogo desde una bacteria hasta una ballena azul. Por otra parte, los químicos estudian parte de todos los objetos antes mencionados, pero más importante aún: la química es objeto de su mismo estudio

MÉXICO, D.F.- “Nosotros creamos compuestos químicos y podemos ver por qué se crea uno u otro”, acota Miguel Ángel Alario y Franco, catedrático de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, España, para quien esta pequeña diferencia con las demás ciencias no hace a la suya mejor, sino diferente.
Miguel Ángel Alario y Franco, catedrático de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, España

Para el científico, quien en días pasados recibió el Premio México de Ciencia y Tecnología 2009, la declaración por la UNESCO de este 2011 como el Año Internacional de la Química debe tener como objetivo demostrar que esta ciencia ha sido muy benéfica para la sociedad. “Añadido a esto, este año debemos aprovecharlo para hacer entender a las personas que la química no es la que contamina ni destruye el medio ambiente, sino el uso que el hombre hace de ella”, añade el pionero a nivel mundial en química del estado sólido.
En entrevista, el experto en materiales superconductores de altas temperaturas críticas refiere además que dentro de los objetivos educativos de este año debe enfatizarse que esta ciencia está en el centro de otras más y que colabora en la biología, física y matemáticas, de formas determinantes.
“La gente debe saber que si ahora vivimos más que hace 100 años es en buena medida a la química, a través del desarrollo de medicamentos”.

Para el investigador de la Complutense, el interés por la ciencia estaba claro desde su infancia, la pregunta sería: ¿a cuál dedicarse? “Me gustó la química porque era una ciencia más experimental, y a mí me gustan los experimentos, era más práctica, y en mi escuela teníamos buenos laboratorios”.
Alario y Franco acota que para generar tal interés en la ciencia fue importante la orientación de sus profesores, pero los alcances de la ciencia deben permear más a aquellos quienes no necesariamente se dedicarán a ella.
“No debemos de dar más ciencia, al menos en el bachillerato, a los que después se van a dedicar a ésta, sino a los que serán periodistas, abogados y políticos, entre otros, porque ellos son quienes se tienen que convencer de que es interesante”.
Por otra parte, el académico español agrega que la divulgación de la ciencia es fundamental para atraer a los jóvenes que se dedicarán a la ciencia en el futuro. En esta labor, enfatiza, es imprescindible la comunicación de los científicos con la comunidad.
“Los científicos deben considerar que una parte del tiempo en su trabajo deben acercarse a la sociedad. Yo, por ejemplo, doy charlas sobre aspectos científicos del agua, sin que sea mi campo directamente. Toda la sociedad tiene que ser consciente de la importancia de la ciencia. En mi caso, no lo hago porque me suban el sueldo o por otro interés, sino porque estoy convencido de ello”.

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